JAMES, HENRY
El alumno, de Henry James, se centra en la relación entre un preceptor, su inteligente discípulo y la extravagante familia de éste. Su autor nos guía con exquisita destreza hacia un final tan inesperado como magistral. El tono de la obra, fuertemente emocional, alcanza en determinados pasajes la dignidad de las viejas tragedias griegas. Esta exageración se debe, tal vez, al magnífico desempeño de Henry James en la construcción de la trama.
Sus protagonistas, extraordinariamente delineados, los avatares de unas vidas impregnadas de la más pura esencia victoriana, consiguen que James, con su habitual pulso narrativo, intenso pero entretenido, sorprendente pero sutil, componga una novela hermosa e inolvidable. Esta obra maestra de la literatura, prácticamente desconocida y publicada por primera vez en castellano por Editorial Eneida en la colección Confabulaciones, muestra la sutileza y la genialidad literaria de Henry James en toda su plenitud.
Henry James nació el 15 de abril de 1843 en Nueva York, en el seno de una acomodada familia de origen irlandés.
Cursó sus primeros estudios en distintas ciudades de Europa: Londres, París, Ginebra. En 1862, en Estados Unidos, inició la carrera de Derecho en la Universidad de Harvard, actividad que combinaba con la publicación de relatos en distintas revistas literarias.
En 1875, James se estableció en Inglaterra, con poco más de 30 años, y en 1915 obtuvo la nacionalidad inglesa. Sus novelas, relatos y ensayos revelan los contrastes entre ambos mundos.
Novelista, dramaturgo y crítico, ha influido de manera decisiva en el desarrollo de la novela moderna tanto en su país de origen, como en la literatura universal.
Henry James murió el 28 de febrero de 1916, en su casa de campo de Rye, Sussex, dejando un exquisito legado a la historia de la literatura tras más de 50 años de carrera literaria: 20 novelas, 112 relatos y 12 obras de teatro, además de diversas críticas literarias y teatrales.
Su estilo, que se caracteriza por la descripción psicológica de los personajes, adquirió con el tiempo una gran elegancia y complejidad, oculta tras argumentos aparentemente sencillos. La perspicaz penetración psicológica en el mundo interior de sus personajes lo ha encumbrado como uno de los más exquisitos maestros del monólogo interior.