LUCIA GALAN BERTRAND
Cuando decides dar el paso de convertirte en madre o en padre, probablemente te encuentres en uno de los momentos más dulces de toda tu vida. Te imaginas a un hijo perfecto, llevando una relación de pareja perfecta, viviendo una vida perfecta. Pero la perfección no existe, ni en ellos, ni en nosotros, ni en nada de lo que nos rodea.