BUONINCONTI, FRANCESCA
A menudo se dice que los animales no tienen voz, pero en realidad son grandes conversadores. En nuestro jardín y en las selvas tropicales, en los parques de nuestra ciudades y en las profundidades del océano, y en cualquier lugar donde haya vida animal, hay mensajes de todo tipo flotando en el ambiente.Hay animales que informan cantando, como los pájaros; y otros que, como las ballenas, entonan dialectos transmitidos de generación en generación; los hay que se comunican con bailes pintorescos, los que ejecutan pasos de claqué como Fred Astaire e, incluso, los que prefieren el estilo inimitable de Michael Jackson. Y, por supuesto, hay animales que se expresan mediante colores, poses, olores, señales misteriosas y zumbidos. Además, como ocurre entre los humanos, también hay animales que mienten más que hablan, es el caso de algunos insectos, pájaros y primates.En este barullo de mensajes codificados, lanzados a propios y extraños, ¿qué susurran y qué se dicen los representantes del reino animal ¿Los pájaros cantan cada vez que abren el pico o más bien muestran a las hembras su potencia física ¿Y los peces son